Como uno de los idiomas más hablados del mundo, aprender español desde una edad temprana puede permitir que los niños no solo se familiaricen con la gramática y la ortografía, sino que también se adapten a la pronunciación correcta. Ser bilingüe por experiencia personal me ha abierto una enorme cantidad de oportunidades. Desde trabajos de hostelería hasta experiencia laboral en el extranjero. Aprender español también ayudará en el aprendizaje de otros idiomas como el francés o el italiano. Durante mis IGCSE, obtuve una calificación de A* (96 %), y la mayor parte se la atribuyo a mi nivel de español ya fluido. Las clases seguirán un aumento progresivo en nivel y desafío. Mi primera clase analizará su nivel actual y qué tan fácil es el estudiante para comprender el idioma y, a partir de ahí, establecer metas semanales para que lo alcancen. Mi prioridad es que aprendan tanto como sea posible el acento y la pronunciación correcta de las palabras, y luego aprendan la estructura de las oraciones.