Me gusta enseñar a través del deseo de transmitir amor por las palabras utilizadas en su justa medida. Facilitar el acceso de los niños a la lectura y la expresión. Creo que estos son activos más importantes que nunca en nuestros tiempos. La docencia me fascina porque nada es más gratificante para un profesor ver a sus alumnos progresar en su escucha y desarrollar la pasión por la literatura. No soy un docente formado por el Ministerio de Educación Nacional, ni mucho menos, aunque una vez recibí un curso de formación para la enseñanza primaria. Sin embargo, puedo contar con más de 15 años de experiencia impartiendo clases privadas. Obviamente me gustan los estudiantes que saben lo que se juega en sus estudios, es decir que entienden por qué vinieron a mí. Quien simplemente sabe lo que está haciendo. Para los más jóvenes, obviamente corresponde a las escuelas prepararlos para esto. Es importante que el alumno esté motivado aunque también guardo mis consejos para contribuir a ello. Mi método no es rígido. Intentamos seguir algún curso especializado, libro u otro, otro, sí, pero no literalmente. También hay que saber aprender, dejar respirar utilizando la dinámica de los juegos orales, la conversación desde el principio.